En esta hora de trasiego
No quisiera yo escribir
Una canción de atardeceres
Sino una límpida y pura
Melodía de esperanza
Sin embargo se levantan
La endecha y la elegía
Y se me solicita sollozar lamentaciones
Por aquella mujer que se ha
perdido
Supo ser esposa y madre
Pero cayó
Tristemente subyugada
En los brazos numerosos
De sus pérfidos amantes viles
Se entregó pues la pobre al desvarío
Y no hubo amigo del Esposo
Que al acercársele
Lograra administrarle medicina
O devolverla a su recuerdo
santo
Por tanto ahora en mi partida
Comprendo la tarea por delante
Iré por
los caminos preguntando
¿Saben dónde hallar
Díganme se los ruego
A la esposa de mi Amigo?
Ojalá la redescubra
Allende donde me dirijo
Así
tendré contento
Al contemplarla desposada
Entre los brazos del Amado
Oh Iglesia mía
Oh esposa Suya
No una
canción de atardeceres
Sino una límpida y pura
Melodía de esperanza
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