Cubrir con tu amor en mi el dolor del mundo. Florecillas de contemplación

 







"Cantar de amadores. Sobre el inicio de la contemplación." (2019)


Cubrir con tu amor en mí

el dolor del mundo

 

¡Cuántos varones y mujeres han deseado subir a la Cruz del Amado y crucificados con Él hacer lo que Él! Y a muchos se les ha concedido tan alto favor. Yo también anhelo ser digno de sufrir con Él y de cargar sobre mí los dolores del mundo para cubrirlos por entero con su amor.

Pero esta locura de amor sólo es alcanzable desde una total desapropiación, desde un abandono sin medida. ¡Cuántas quejas todavía llevo de mis propios sufrimientos! ¿Cuándo, Señor, alcanzaré una fe inconmovible en Ti y viviré todo como regalo? ¿Cuándo alcanzaré una fe, atravesada por certeza de amor, fundada en tu Sacrificio de una vez y para siempre? ¿Cuándo mis dolores se transformarán en gozo por poder padecer contigo y se alegrará mi corazón por unirme a tu Pasión?

Pocos son mis hermanos aún. Por pocos daría la vida. ¿Cuándo mi corazón cederá y se desbordará? ¿Cuándo será como corriente intensa que brota de la fuente inagotable de tu amor gratuito y universal? ¿Cuándo miraré al mundo con tus ojos? ¿Cuándo abrazaré a todos sin dejar ninguno fuera?

El camino largo, estrecho y riguroso es ahondar en tu Cruz. Esa Cruz desde donde tanto me amas y que provoca en mí aún salvajes resistencias y negativas. El camino es contemplar tu Pasión y Cruz y llegar a padecer y ser crucificado yo contigo por amor a Ti.

¡Transforma todo mi ser en la noche de tu Pasión y Cruz para que ya no viva yo sino que Tú vivas en mí! ¡Arráncame de mí en mí y poniéndome todo en Ti sea como un reflejo de Ti para los que tanto amas! ¡Aumenta mi amor hacia tu Amor!


Contraste y gratuidad. Sobre el inicio de la contemplación




"Cantar de amadores. Sobre el inicio de la contemplación." (2019)


 Contemplar es unión de contrastes; admirada experiencia de la disparidad y la desproporción.

 

 

En el ocaso y en la aurora

la noche y el día,

la oscuridad y la luz

juegan con delicadeza

a aparecer y desaparecer.

 

Así es el amor con mi Señor,

un juego unitivo de contrastes,

Él todo y yo nada,

Amor mediante.

 

Nada de mí es Él

y nada de Él soy yo.

Barro y cielo, diamante y carbón

rompiendo la tela, buscando comunión.

 

           


Contemplar es unión de contrastes; admirada experiencia de la disparidad y la desproporción.

            Contrastes donde uno es todo y otro es nada, donde uno es luz y otro oscuridad, donde uno es aurora y otro es ocaso, donde uno es día y otro noche. Y bien claro está quien es el Amado y quien el contemplador. Este hombre creado bueno, a imagen de su Creador, caído y herido, regenerado y redimido, también experimenta que frente a Él no es nada, que es lo que es frente a Dios y nada más.  No es su noidad negativa en el sentido de privación, sino positiva en cuanto posibilidad de alabanza agradecida. Su grandeza –que es grandeza donada- es diminuta frente a la más pequeña mostración de Dios, la cual provoca un sagrado reconocimiento de la disparidad. Frente al Dios tres veces Santo que lo elige experimenta una alegre y sanadora dependencia. El Verbo encarnado, hecho hombre, anonadado y abajado por puro amor que busca comunión; el Cristo presente bajo una pequeña forma de pan, bajo el olor y el gusto y el color del vino por amor que engendra comunión; el Hijo clavado en la cruz por amor que salva y abre definitivamente las  puertas de la comunión; ese Dios-Hombre es incalificablemente más grande que el contemplador. Por eso contemplar es como un jugueteo amoroso y delicado, un jugar donde se juega la vida para encontrarse aún en el contraste de lo diferente, para encontrarse aún en la distinta medida del dar y en la diversa apertura del recibir; un juego grave donde lo diferente desde siempre es llamado a la unión. Un llamado a la unión que suena desproporcionado y se agradece.

            Y los contrastantes se buscan para romper la tela y erigir la morada íntima del amor. Dejar que el Amado lo sea todo porque verdaderamente lo es. Dejarse el contemplador ser nada porque verdaderamente lo es. Nada de la nada del contemplador es el Amado y nada sin el Amado es el contemplador. Así se encuentran, amor mediante, y en la diferencia absoluta por el ofrecerse absoluto del Amado  -que mueve al contemplador a un ofrecimiento cada vez más crecido- se le regala el milagro de la comunión a quien nada merece ni debiera aspirar.

            Contemplar es lanzarse a los brazos del Amado, reconociendo su absolutez, reconociendo la inabsolutez  absoluta del contemplador sin el Amado, y así reconociendo e implorando, suplicando amor, mendigando misericordia, dejarse regalar la comunión gratuita de Aquel a quien no mueve más que la gratuidad.

            Contemplar es experimentar el más grande milagro de misericordia.


Espejo y cruz. Sobre el inicio de la contemplación

 



"Cantar de amadores. Sobre el inicio de la contemplación." (2019)


Contemplar es mirarse en el espejo del Amado.



Espejo que espejea el rostro del sol;

espejo que nutre la llama de amor;

espejo sin mancha, diáfano y puro;

espejo eterno, cruz y elevación.

 

Espejo que seduce con suave cantar;

espejo que abraza y sabe inflamar;

espejo que enamora en la intimidad;

espejo eterno, cruz y transfigurar.

 

Espejo que enriquece al mendigo amor;

espejo que enaltece al hediondo amor;

espejo que reanima al tullido amor;

espejo eterno que despeja reunión.

 

           


Contemplar es mirarse en el espejo del Amado.

            Espejo que brilla más que el sol. Espejo que es sol de salvación. Espejo donde se muestra el rostro Trinitario, la perfecta e infinita comunión de las tres Personas divinas. Espejo donde el rostro de Cristo Señor transparenta el rostro del Padre Dios. Espejo que ilumina y enceguece y abre el panorama al misterio de una comunión indecible. Espejo que invita a la participación y nos regala primicias por el don del Espíritu Santo. ¡Oh Espejo irrechazable!

            Espejo que nutre y alimenta la llama de amor que el Amado encendió en el contemplador. Espejo cristalino y transparente, fuente de todo bien, donde todo es bueno, donde todo está llamado a retornar para ser bueno para siempre.

            Espejo donde puede contemplarse la centralidad de la Cruz, su misterio salvífico, su elevación en la elevación de Cristo, la recapitulación de todo en Él, recapitulación desde el reverso y no desde el anverso de nuestro esperar. Cruz que el Espejo nos devuelve para despejarnos el itinerario del contemplar. No basta ciertamente salir en fuga y buscar la unión. Esta unión no se realiza sino por la Cruz, por el desnudamiento y desapropiación creciente del yo. El contemplar se aborta cuando se queda en el saborear una exquisita experiencia y no se pone en obra. Pasar la vida entera por la Cruz por amor al Amado es verdadera contemplación. La oración contemplativa es un regalo que se nos da para aprender a ver en toda circunstancia y en todo rostro al Amado en Cruz y amarlo allí con todas nuestras fuerzas. Contempla quien ora viviendo y vive orando a los pies del Amado en Cruz.

            Espejo que atrae al contemplador con fuerza irresistible y lo invita a participar del Amor Eterno. Espejo donde la Cruz y el transfigurar se encuentran unidos como misterio y como acción salvífica sobre la historia y sobre el contemplador. Todo será recapitulado en El se muestra como todo será crucificado en El, es decir, todo será transfigurado en El por la puerta estrecha de la Cruz.

            Espejo éste que recoge y recibe el limitado amor del contemplador y en el camino vivo del encuentro -caminado durante toda la vida- lo va haciendo un amor a su medida: lo va ensanchando a la medida de la eternidad, lo va haciendo capaz de lo eterno, lo va preparando para la reunión eterna. Así lo va convirtiendo en espejo para que él también despeje amor. Lo va sacando de mendigar amor a prodigarlo, de ser hediondo a ser aroma de Cristo para el mundo, de estar tullido a caminar con fervor y a llevar en sus brazos a los tullidos. En fin, lo va transformando.

            Contemplar es tener la vista fija en el eterno Espejo de Amor y dejarse modelar a su imagen.


Sometido a todos por amor a Ti. Florecillas de contemplación




"Cantar de amadores. Sobre el inicio de la contemplación." (2019)



Sometido a todos

por amor a Ti

 

Absorto en la Cruz, como metido en ella, escuché estas palabras de labios del Señor Amado. Y rasgó mi corazón la brusca exigencia de su mandato, la profunda renuncia de su invitación. ¿Quién puede hacerse pobre como Dios, que humilde y manso, se hace en el amor atento y sujeto a todos? ¿Quién puede como el Señor Jesús mantenerse en paz, en profunda búsqueda de concordancia con todos, y a la vez marcar con firmeza el camino? ¿Quién puede como él amar a los enemigos? ¿Quién como él puede seguir sembrando amor en tierra estéril hasta hacerla fecunda?

Ante semejante derrotero toco el límite de mis talentos y mis fuerzas. Pero el corazón del atleta quiere seguir la marcha y alcanzar la meta aunque su cuerpo ya no pueda seguir la carrera. ¿Qué mueve el corazón a tan alto morir? ¿Qué atrae al alma a pasar por tan dolorosísima cruz? Sin duda, el desposorio con su Amado.

 

POESÍA DEL ALMA UNIDA 35

  Oh Llama imparable del Espíritu Que lo deja todo en quemazón de Gloria   Oh incendios de Amor Divino Que ascienden poderosos   ...