CANTANDO CANTARES DEL ALMA 13

 


“Grábame como un sello sobre tu corazón.” (8,6a)

 

1.      ¿Qué pide la amada, es decir, nuestra alma enamorada? Pide a su Amado y Señor estar tan cerca de Él que ya no pueda separarse, como lo sellado que se hace uno con la superficie y ya no puede quitarse uno sin el otro.

 

2.      No quiere más el contemplativo que perderse en su Señor, ser escondido en Él, ser parte, por así decirlo, de su corazón. Ser de Él, estando en Él íntimamente, a la vez que siendo el yo que es en su forma más auténtica.

 

3.      El amor que le ha sido dispensado al alma, le ha hecho comprender que el hombre es, sólo si es con Dios y en Dios, desde y para Dios.

 

4.      En el alma contemplativa surge esa sabiduría de amor que compromete la integridad de la existencia, la totalidad del ser: o lo es todo para Dios, o lo que sea, será nada.

 

5.      ¿Qué es la contemplación? Un don de integración santificante de toda la vida en Dios.

 

6.      ¡Señor, por favor, apura el tiempo! ¿No ves que no soy más que debilidad y pecado necesitado de Ti? ¿Qué puedo yo sin Ti?

 

7.      Señor mío, ahora sé que yo sin Ti no soy más que un esfuerzo inútil destinado al fracaso y la disolución. Nada de lo grande que pueda alcanzar sin Ti se compara a lo más insignificante que Tú me puedas dar a mí.

 

8.      ¡Oh, Señor, piedad de mí! ¡Por tu gran Misericordia dame fuerzas para entregarte mi ser y desasirme de todos mis ídolos! ¡Oh, Señor, Amado y Amante, grábame como un sello sobre tu corazón!

 

PROVERBIOS DE ERMITAÑO 46


 

POESÍA DEL ALMA UNIDA 25

 



Aquí ya no estoy

Pero aún no estoy Allí

 

Transito

            A veces deambulo

            Como a ciegas y tanteando

                        Lo que ya desconozco

                        Lo olvidado y perdido

                        Lo que ha quedado atrás

                        Pero aún subsiste

                        Todavía ineludible

 

Aún debo caminar

Por estas tierras

Tan extrañas

Tan absurdas

Cual irreal  realidad inconsistente

Realidad desrealizándose

Escindida de su Fundamento

Desintegrándose en el tiempo

 

Y lo hago casi siempre

Indiferente y desabrido

O con pena expiatoria y penitente

Quizás hasta con perpleja caridad

 

¿Qué vale

Este fatuo mundo de los hombres

Tan oscuro

Y transido por gemidos

De angustiosa vacuidad?

 

¿Qué vale?

¡Cuánta pérdida de tiempo

Cuánto tiempo fugitivo

            Que pasa y que no queda

Sin promesa de Gloria

Ni peso de Eternidad!

 

Viven estos hombres

Somnolientos

Y atrapados

            Secuestrados por la tentación

                        De su protagonismo omnipotente

De su autonomía fantasiosa

De su falaz triunfo dando muerte a Dios

 

¿Viven?

A lo que llaman vida yo le llamo muerte

Y donde ven la Muerte yo contemplo Vida

 

Así peregrino sabiéndome extranjero

Por su mundo vago y disolvente

Sin embargo advierto rastros

            Aún percibo vestigios

            Huellas que señalan

                        Testimonios de su Obrar

                        Que orientan y disparan

                        Mi andar con claro rumbo

 

Ellos

            Voraces apropiadores

Tocaron el mundo deteniéndolo

Y estancado

            No pasa de pantano

 

Yo

Pobre forastero

Desasido y sin apegos

Asciendo por él

            Como por una escalera

 

Mas la tensión permanece

            ¿Hasta cuándo?

 

Aquí ya no estoy

Pero aún no estoy Allí

 

CANTANDO CANTARES DEL ALMA 12




“¿Quién es esa que surge como la aurora, bella como la luna, resplandeciente como el sol, imponente como escuadrones con sus insignias? (6,10)

 

1.      ¡Oh, alma bienaventurada, cuán maravillosa la obra del Señor en ti! Si te ha hundido en lo más profundo de la noche es para hacerte resurgir como la más resplandeciente aurora.

 

2.      ¡Oh, alma bienaventurada!, tu Señor te ha hecho tesoro de luz que regalada ilumina las tinieblas; astro tú y guía, sin quererlo y a escondidas, reflejo cautivante tú de Aquel que es Luz sin límite.

 

3.      Llevas en ti, oh alma enamorada, como poderosos escuadrones las insignias del amor, es decir, la multitud de gracias que te adornan por el trato íntimo con tu Amado.

 

4.      Alma mía, la contemplación te ha hecho otra, o mejor aún, te ha permitido ser quien verdaderamente eres, te ha devuelto al designio primero de Dios sobre ti.

 

5.      Alma mía, ya escondida en el Escondido, eres reflejo de la misteriosa Luz que centellea en la noche e ilumina las tinieblas.

 

6.      ¡Oh, entrégate, alma bienaventurada, más y más a Aquel que te formó y te transforma en sí con incomparable amor!

 

PROVERBIOS DE ERMITAÑO 43


 

CANTANDO CANTARES DEL ALMA 11

 


“Yo duermo pero mi corazón vela: oigo a mi Amado que golpea.” (5,2a)

 

1.      ¡Oh amor tan amado, cuánto más ardiente, más callado! ¡Oh amor silente, oscuro y escondido, tan puro, nuevo y simple!

 

2.      Es éste el amor de contemplación: un amor don, con amor donado.

 

3.      Amor que no duerme y deja al alma en vela para que aunque todas las potencias duerman, ella perciba, los movimientos unitivos del Amado.

 

4.      Cuánto más habite el contemplador la silente, oscura y escondida morada más vigilia se encenderá y aún mayor fineza de percepción.

 

5.      ¿Qué es contemplación? Dejar que todo el yo se duerma y dejar que permanezca en vela este amor desnudo, por el Amor sembrado, para despertar a Dios que llega.

 

6.      ¡Amor, amor, sólo es importante el amor!

 

7.      ¿Y quién golpea las puertas de este amor pequeño? Golpea el Amor que quiere introducirlo en su seno y unirlo a Él de quien proviene y hacia quien camina. Si golpea el Amado, con amor ábrele.

 

CANTANDO CANTARES DEL ALMA 10

 


“Eres un jardín cerrado hermana mía, novia mía; eres un jardín cerrado, una fuente sellada. ¡Fuente que riega los jardines, manantial de agua viva, que fluye desde el Líbano!” (4,12-15)

 

1.      El Señor al atraerte a la vida contemplativa te ha reservado para la exclusividad con Él; te ha consagrado al acto de amor simple y puro que es la contemplación.

 

2.      El Amado, que será tu sostén y defensa, te invita a permanecer dedicado a la vida contemplativa que te es regalada. Esta vida, en efecto, lejos de ser inútil y estéril, es bien provechosa y fecunda en el amor.

 

3.      Nos es difícil aceptar que hay otras formas de ser signos de la presencia y crecimiento del Reino fuera de la actividad. Pero quien contempla sabe que con el regalo le llega una misión, una tarea que encerrado en su diminuto corazón lo llevará a transitar innumerables caminos del mundo, innumerables corazones, innumerables vaivenes de la historia.

 

4.      El contemplativo ha sido convocado para desparramar aromas de Cristo el Señor por todo el mundo y tan secretamente.

 

5.      Desde esta fuente sellada en la noche, a escondidas, el Señor riega las esterilidades del mundo con el agua que abundantemente le regala para que rebalsando de sí llegue hasta lo más reseco. Un centro donde el Amor se condensa y se expande: eso es un contemplativo.

 

6.      Imposible de aceptar sin la fe este obrar escondido. Sólo sé que el Señor, con frecuencia, me impulsa a elevar así mi oración: “Señor, haz de mí una pira de dolor y de amor. Ocúltame en el holocausto de tu Hijo. Quiero acabar con tanto sufrimiento. Acéptame, Padre, como víctima de amoroso sacrificio. Quiero sufrir yo en lugar de ellos para que en el mundo se saboree sólo el amor.”

 

7.      Yo no sé cómo ni lo intuyo, porque aún soy tan débil y tan fétido, pero tengo certeza de que en este encuentro simple y puro con el Amado, en esta asociación amorosa con ese Varón de Dolores y Salvador, el mundo entero también vibra y recibe amor.

 

PROVERBIOS DE ERMITAÑO 39


 

CANTANDO CANTARES DEL ALMA 9

 


“Mi amado es para mí, y yo soy para mi amado.” (2,16a)

 

1.      “Mi amado es para mí, y yo soy para mi amado.” (Ct 2,16a) No hay mejor forma de expresar el camino contemplativo.

 

2.      Es propio de la contemplación que el don de la unión, el don de la referencia del yo al Amado, quede marcado en el alma de un modo persistente.

 

3.      No es indiferente haber pasado el alma por el trance de la fuga y del rapto, del amoroso estar fuera de sí en Él por Él.  Así se recibe, por la propia experiencia contemplativa que deja al alma imborrablemente marcada, el don de la referencia.

 

4.      La existencia del contemplador no puede menos que experimentarse referida a la existencia del Amado. Existo para Él y porque Él existe, sino no existiría.

 

5.      Se ha levantado un profundo desencantamiento y desabrimiento por todo lo que no sea el Amado. Sólo queda la existencia del Amado como motor y sentido de la existencia y nada más.

 

6.      Cuanto más se adentra el contemplador en su caminar la referencia al Amado se va haciendo más esencial. Participando de algún modo de la misma vida divina, sumergido en el misterio de la  Trinidad, el contemplador goza ya de las primicias de la eternidad.

 

7.      El Buen Dios hace entrar al contemplador en sí de tal forma, que al mismo tiempo que empiezan a diluirse las barreras y secuelas que levantó y dejó el pecado, comienza a restablecerse la comunicación original con toda su maravilla.

 

8.      Ser el contemplador en Dios y Dios en el contemplador. Gozar en el amor de una unión gratuita y totalmente inesperada. Mi Amado es para mí y yo soy para mi Amado.

 

CANTANDO CANTARES DEL ALMA 8

 



“Habla mi Amado, y me dice: ¡Levántate, amada mía, y ven, hermosa mía! Porque ya pasó el invierno, cesaron y se fueron las lluvias. Aparecieron las flores sobre la tierra, llegó el tiempo de las canciones, y se oye en nuestra tierra el arrullo de la tórtola. La higuera da sus primeros frutos y las viñas en flor exhalan su perfume. ¡Levántate, amada mía, y ven, hermosa mía! Paloma mía, que anidas en la grietas de las rocas, en lugares escarpados, muéstrame tu rostro, déjame oír tu voz; porque tu voz es suave y es hermoso tu semblante.” (2,10-14)

 

1.      El Señor, que trabaja mucho más de lo que el contemplador percibe, de tanto en tanto desea mostrarle su obra para animarlo aún más en el caminar y para encenderlo aún más en gratitud amorosa que lo hará crecer.

 

2.      El Amado Jesús llama al contemplativo y lo invita a levantarse y salir de la desértica oscuridad de la noche.

 

3.      Suspende a veces el Señor por un tiempo el clima de capullo con el invierno de sus purificaciones y la lluvia de las estrecheces. Entonces el contemplador puede ver un paisaje nuevo: la obra que su Amado ha hecho en él.

 

4.      El alma ya está florecida. Todo en ella canta con alegría anunciando el amor enamorado que la une a su Amado y Señor.

 

5.      Ya hay frutos de este caminar contemplativo en el que el Dios Bueno y Santo la ha introducido. Ya está perfumada el alma con la fragancia de Cristo, ya la esparce secretamente.

 

6.      Al reiterar su llamado el Amado especifica bellamente el talante de una vida contemplativa. La amada es paloma, es decir, el contemplador es un ave y como toda ave su vocación es levantar el vuelo; un ave que habita y anida las grietas de las rocas, en lugares resguardados y difícilmente accesibles; en lugares escarpados, es decir, en lo más último y profundo de su yo.

 

7.      Para un contemplativo lo más alto y escarpado es lo más profundo y escondido; y levantar el vuelo unirse a su Amado y ser uno sólo con Él.

 

8.      Hay tiempos en los que por Misericordia, se le regala al alma mirar la obra que el Esposo esculpe con paciencia y delicadeza.

 

9.      El Señor llevó al alma a la oscuridad y trabajó sobre ella, que experimentaba su labor sin saber con certeza su envergadura; ahora Él la saca a la luz suspendiendo la noche para que advierta la magnitud de la obra.

 

10.  La voz del alma ya es suave y su semblante ya es hermoso, ya refulgen en ella la suavidad de voz y la hermosura del rostro de su Dios tan amado.

 

11.  Ya ha comenzado el alma a despejar en sí al Espejo de Fuego al que se ha entregado. Ya ha comenzado la obra de divinización en el amor.

 

12.  La obra del Amor trae el dolor quemante y dulce de la Cruz y, promete asegurándolo, la unión definitiva de la Resurrección.

 

POESÍA DEL ALMA UNIDA 35

  Oh Llama imparable del Espíritu Que lo deja todo en quemazón de Gloria   Oh incendios de Amor Divino Que ascienden poderosos   ...