BREVE INTRODUCCIÓN A LA "LECTIO DIVINA"
«Cuando tú oras le hablas a Jesús.
Cuando lees la Escritura
es Él quien te habla.»
San Jerónimo
¿Qué
es la Lectio Divina?
Veamos algunas definiciones:
1. Es el ejercicio ordenado de la escucha personal
de
2. Es una lectura personal de
3. Es una lectura, individual o comunitaria, de un
pasaje más o menos largo de
Puede ser presentada, según los autores,
subdividida en diversos momentos o pasos. Sin embargo en general hay 4 que son
fundamentales y de consenso absoluto: lectura, meditación, oración y
contemplación. Hay quienes agregan también la acción como el fruto del ejercicio de la lectio.
En verdad nunca es claro cuando se pasa de un
momento a otro, pues bien practicada, naturalmente cada uno engendra el
siguiente en un proceso dinámico sin notorias rupturas.
Los pasos
de la lectio
En principio se trata de un ejercicio personal, lo
cual asegura el clima de silencio y escucha como la continuidad del “discurso y
diálogo interior”, exceptuando las distracciones y tentaciones que puedan
sobrevenir.
Obviamente al realizarse comunitariamente se
introducen diversas variantes, sobre todo el diálogo de intercambio entre los
participantes. El animador debe cuidar que no se transforme en una clase ni en un
grupo de estudio, moderando las intervenciones y ajustándolas a lo que sea
realmente conducente. Una comunidad que practica la lectio aprenderá con
el paso del tiempo a nunca perder el clima de oración tan propio de esta forma
de encuentro con la Palabra de Dios.
Oración inicial
Siempre
es conveniente introducirse en la lectio con una breve oración: una
invocación al Espíritu Santo, un canto, una oración escrita por otros, etc.
1. LECTURA
Este primer momento es como “levantar sabores y
aromas”. Como cuando olemos y saboreamos una comida que ya está en su punto de
elaboración y al probarla ya anticipamos qué tan rica es y cuanto disfrutaremos
de comerla. La LECTURA es como una primera degustación, un pasar la Palabra de
Dios “por el paladar del alma y el olfato del corazón”.
Si se hace en comunidad se puede proclamar el
pasaje de la Sagrada Escritura y luego pasar a una relectura personal y
silenciosa. Hasta podría realizarse un ejercicio de imaginación
contemplativa con música de fondo.
2. MEDITACIÓN
Como ya dijimos, un paso
lleva al otro con cierta fluidez, y mientras estamos “saboreando” por la LECTURA
ya comienza la MEDITACIÓN.
¿Qué dice el
texto?
Justamente estamos en la bisagra o puente que une
el primer paso con el segundo. Aquí, poner atención a diversos elementos, puede
ayudarnos:
1) Recurrir a las notas marginales y también a algún comentario introductorio
del aparato crítico.
2) Contextualizar el relato identificando los textos anteriores y posteriores
al mismo.
3) Especificar el género literario del relato.
4) Descubrir divisiones internas en la unidad de un mismo texto.
5) Identificar palabras, expresiones o frases que sean la clave de
interpretación del texto.
6) Deducir o imaginar los paisajes o itinerarios geográficos y su posible
relevancia para la comprensión de la narración.
7) Reconocer los personajes con sus sentimientos, emociones, acciones, gestos
y actitudes. Indagación psicológica y espiritual de su identidad y de sus
procesos vitales.
8) Referencia a otros textos bíblicos que sean aludidos explícita o
implícitamente.
9) Reconocer a los destinatarios del texto con sus inquietudes.
10) Definir el mensaje o tema
central del relato.
¿Qué me dice el
texto?
Ya bien adentrados en la MEDITACIÓN que ha
logrado una comprensión más profunda del texto, la comunicación divina dirigida
a todos, ahora debe encarnarse en mi historia personal de vida.
Obviamente en este punto ya nos hallamos en el
umbral difuso que da lugar al siguiente paso: la oración –y esto será más
evidente si la lectio es personal-. La confrontación con la Palabra
inevitablemente anima a realizar una “revisión de vida” y de este
discernimiento, probablemente el llamado a la conversión y a la Vida Nueva de
la Gracia.
11) ¿Qué cuestionamientos, propuestas o exigencias el texto me dirige a mí? ¿En
qué me siento tocado personalmente? Es indispensable ser concreto, aplicándolo
a situaciones y actitudes bien reconocibles y no de forma vaga o general. (Si
la lectura es comunitaria también debo preguntarme cómo aplicarlo en la vida
eclesial. Es importante el diálogo con los hermanos como espacio de
discernimiento, guardando el clima de oración y descubriendo la tradición del
“coloquio espiritual”.)
¿Qué le digo al
texto?
Claramente la Palabra del Señor también espera respuesta, nuestra palabra,
un diálogo de salvación. Mientras vamos procesando como vivir la Palabra
meditada va surgiendo la oración y su Palabra se hace plegaria en nuestro
corazón.
12) ¿Que puedo hacer para cambiar, para dejar que
3. ORACIÓN
Pongo en oración lo que he descubierto y le pido a Dios la gracia de vivir
según su Palabra. El Espíritu Santo impulsará tanto la petición personal como
la intercesión por otros, como la invocación de su asistencia o la alabanza, acción
de gracias y adoración del Señor. El tono óptimo de la ORACIÓN sería ponernos
en sus manos, ofrecernos y abandonarnos en Él con confianza filial. La Virgen
María, nuestra Madre, nos da la clave: “Hágase en mí según tu Palabra” y “Hagan
cuanto Él les diga”.
Debe ser un momento que evite ser como un “cierre de la actividad”, sino
sereno y abierto a que Dios nos lleve donde quiera, pues tal vez Él desee
adentrarnos más en Alianza.
Éste momento –sobre todo si la lectio es comunitaria- deberá ser muy
creativo, utilizando diversas técnicas de oración que a todos les permitan
expresarse e incluso incorporar nuevos modos de encuentro con Dios, se puede
incluso recurrir a los salmos.
4. CONTEMPLACIÓN
Este momento puede darse o
no ya que es un don de Dios libre y gratuito. Diríamos que aquí todo ha sido
más activo de nuestra parte, dependiendo de nuestro esfuerzo y concreta
docilidad a la conducción y auxilio del Espíritu. Sin embargo la contemplación
es un gozo indecible y extasiado por su Presencia que actúa en lo más íntimo de
nosotros mismos, una profunda experiencia de unión con Él y un esclarecimiento
sobrenatural, una mirada nueva brotada de este don. Nos hallamos en el
misterioso terreno de lo infuso, de la experiencia mística que alumbra
“sabiduría en amor por la Unión”.
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