POESÍA DEL ALMA UNIDA 33

 






Como lirio del desierto

Como amapola de la estepa

Crece tu Reino

 

No nos falta

El Pan de Dios

Cada día en el camino

 

Tu Fidelidad invicta

Sostiene nuestra vida

En el cimiento de la Cruz

 

Tu Espíritu mana

Regando nuestra tierra

Y desbordando la sacia con gozo

 

Recortada en las tinieblas

Tu Luz crece y se expande

¡Oh cálida y alegre esperanza!

 

Un alma entregada a la oración

Se une en silencio a su Esposo

Y se transforma en un vergel

 

Un corazón con hambre y sed

De tu Palabra poderosa firme y eficaz

Refulge serenamente luminoso en toda noche

 

Sobre un altar escondido y pobre

El Pan que baja del Cielo

Da Vida al mundo

 

Y todo ello está a la mano

Disponible y gratuito

Para quien lo reciba y tome

 

Una flor en el yermo

Se abre inesperada

Y exhala su perfume

 

Multitud de ellas se abren cada día

Crece tu Reino

Ante la mirada de la fe

 

Una fe que reina amada y amante

Junto al lirio del desierto milagroso

Y la maravillosa amapola de la estepa





PROVERBIOS DE ERMITAÑO 132


 

PROVERBIOS DE ERMITAÑO 131


 

DIÁLOGO VIVO CON SAN JUAN DE LA CRUZ 43

 


CONVERSACIONES SUBIENDO AL MONTE 43


LOS BIENES ESPIRITUALES QUE DAN GOZO A LA VOLUNTAD. IMÁGENES Y RETRATOS.

 

“A cuatro géneros (de bienes) podemos reducir todos los que distintamente pueden dar gozo a la voluntad, conviene a saber: motivos, provocativos, directivos y perfectivos… Los motivos, que son: imágenes y retratos de Santos, oratorios y ceremonias.” (SMC L3, Cap. 35,1)

 

Estimadísimo Fray Juan, nos enseñas que son de cuatro tipos los bienes espirituales que alientan gozo en la voluntad. Comencemos pues por las imágenes.

 

“Y cuanto a lo que toca a las imágenes y retratos), puede haber mucha vanidad y gozo vano, porque, siendo ellas tan importantes para el culto divino y tan necesarias para mover la voluntad a devoción, como la aprobación y uso que tiene de ellas nuestra Madre la Iglesia (muestra), (por lo cual siempre conviene que nos aprovechemos de ellas para despertar nuestra tibieza), hay muchas personas que ponen su gozo más en la pintura y ornato de ellas que no en lo que representan.” (SMC L3, Cap. 35,2)

 

Ciertamente pones reparo en que nuestra forma de servirnos de ellas sea demasiado superficial y que nos quedemos en la sola visualización de su aspecto exterior –mirándolas como una obra artística- y no reparemos en el misterio de fe que representan.

 

“El uso de las imágenes para dos principales fines le ordenó la Iglesia, es a saber: para reverenciar a los Santos en ellas, y para mover la voluntad y despertar la devoción por ellas a ellos; y cuanto sirven de esto son provechosas y el uso de ellas necesario.” (SMC L3, Cap. 35,3)

 

Por eso la imagen religiosa debe tener cierta mínima calidad artística que mueva a la devoción, representando con belleza y facilitando el movimiento de la piedad. Dicho sea de paso en mis días, ese tipo de imágenes religiosas son onerosas económicamente y generalmente se encuentran en los templos y oratorios más antiguos e importantes. El pueblo fiel accede a imágenes comercializables que no pocas veces son más bien un obstáculo por su baja calidad de producción.

 

“La persona devota de veras en lo invisible principalmente pone su devoción, y pocas imágenes ha menester y de pocas usa… si se las quitan, se pena muy poco; porque la viva imagen busca dentro de sí, que es Cristo crucificado, en el cual antes gusta de que todo se lo quiten y que todo le falte. Hasta los motivos y medios que llegan más a Dios, quitándoselos, queda quieto. Porque mayor perfección del alma es estar con tranquilidad y gozo en la privación de estos motivos que en la posesión con apetito y asimiento de ellos.” (SMC L3, Cap. 35,5)

 

Aquí pues la gran advertencia: el modo de uso de las imágenes religiosas puede ser un buen parámetro de discernimiento acerca del proceso de maduración de la fe personal. Como los niños hasta cierta edad no son capaces de realizar razonamientos que supongan la abstracción intelectual y por tanto todo su conocimiento se basa en lo tangible y concreto, así hay personas devotas que sin imágenes piadosas exteriores no encontrarían en su corazón impulso para la piedad. Se las debe mover por fuera pues por dentro la motivación es escasa. Vale decir, su vida interior es pobre y poco cultivada.

Nos acercamos Fray Juan a esta temática análogamente. Cuanto más la oración se vaya interiorizando el fiel sacará menos provecho de representaciones exteriores y más de las internas como el niño que pasa del pensamiento concreto al abstracto. Y cuando el orante va entrando en quietud –o sea en recogimiento interior infuso- ya va dejando atrás no solo recitaciones, meditaciones y otros medios más activos, sino también representaciones interiores; de hecho intentar volver a todo ello le disturba más que ayudarle. Así el creyente que va enriqueciéndose interiormente usa menos de imágenes piadosas exteriores o representaciones internas y se siente volcado a retirarse a la profundidad escondida donde sabe que Dios lo habite y gusta de su Presencia viva dentro de sí. Que claramente es muy superior el encuentro con el Dios que inhabita que la devoción que surja de la percepción de imágenes religiosas talladas por manos de hombre por valiosas artísticamente y bellas que fuesen o de representaciones internas vía la imaginación o fantasía. Es de sentido común quedarse con la realidad y no con sus representaciones.

 

“Tenga por cierto el alma que, cuanto más asida con propiedad estuviere a la imagen o motivo, tanto menos subirá a Dios su devoción y oración.” (SMC L3, Cap. 35,6)

 

Por tanto el consejo es aprovecharse de imágenes y retratos religiosos como un medio muy inicial de impulso de la devoción y piedad pero no quedarse en ellas sino más bien ir siempre más hacia el interior por el recogimiento sobre sí en la búsqueda del Dios que nos habita. Seguramente será más rico y hondo el movimiento de devoción frente a una imagen religiosa que brota de un corazón trabajado por la Gracia que desde sí mismo conecta con la representación mediante el rico bagaje de su vida interior, que quien falto de profundidad espiritual mendiga de una imagen religiosa le transmita aquello que no tiene en sí mismo.

 

“Como haya devoción y fe, cualquiera imagen bastará; mas si no la hay, ninguna bastará.” (SMC L3, Cap. 36,3)

 

 

POESÍA DEL ALMA UNIDA 32

 



Cuando los días sobran

Será quizás  entiendo

Porque se han cargado en exceso

De temporalidad

Vaciándose de Cielo

De cuanto es terráqueo

En olvido de Eternidad

Se ha roto pues el camino

Y la peregrinación nos lleva

A ninguna parte

 

Cuando los días sobran

Se vuelven

Fatigosos

Inútiles

Pesados

Vacíos

Resbalan sin cesar

Como las horas que corren

En puro desgaste

 

Cuando los días sobran

El sentido de la vida es débil

La superficialidad abunda

Y la acedia lo ha tornado

Todo insulso

 

Cuando los días sobran

Paradójicamente nos parece que faltan

Pero no son pocos los días

Es poca la sustancia en la que se sostienen

 

Cuando los días sobran

Dios está ausente

Aunque admito otras razones

 

Cuando los días le sobran al justo

Que por sendas de Sabiduría se afirma

Es que su entorno se halla corrupto

Y la decadencia

Virulentamente se ha elevado

A grados tan paroxísticos

De mundanal desenfreno

Que casi todo parece perdido

Como irremontable

El caudaloso y turbio río de pecado

Que la cerrazón del corazón ha desatado

 

Cuando los días le sobran al justo

Por la infestación del mal

Que crece sin límite

Al cual seguramente

Ha señalado con coraje en profecía

Y combatido sufriente en virtud

Solo le queda emigrar a otra tierra

Donde los días puedan encontrar condiciones

Para llenarse de Vida Divina

 

Finalmente

Cuando los días le sobran al místico

Es que Dios se le ha acercado tanto

Que ya no vive ni palpita en esta tierra

Sino que habita pasando la orilla

 

 

 

PROVERBIOS DE ERMITAÑO 126


 

PROVERBIOS DE ERMITAÑO 125

 


POESÍA DEL ALMA UNIDA 31

 



En esta hora de trasiego

No quisiera yo escribir

Una canción de atardeceres

Sino  una límpida y pura

Melodía de esperanza

 

Sin embargo se levantan

La endecha y la elegía

Y se me solicita sollozar lamentaciones

Por aquella mujer que se ha perdido

 

Supo ser esposa y madre

Pero cayó

Tristemente subyugada

En los brazos numerosos

De sus pérfidos amantes viles

 

Se entregó pues la pobre al desvarío

Y no hubo amigo del Esposo

Que al acercársele

Lograra administrarle medicina

O devolverla a su recuerdo santo

 

Por tanto ahora en mi partida

Comprendo la tarea por delante

            Iré por los caminos preguntando

¿Saben dónde hallar

Díganme se los ruego

A la esposa de mi Amigo?

 

Ojalá la redescubra

Allende donde me dirijo

            Así tendré contento

Al contemplarla desposada

Entre los brazos del Amado

 

Oh Iglesia mía

Oh esposa Suya

            No una canción de atardeceres

Sino una límpida y pura

Melodía de esperanza

 

PROVERBIO DE ERMITAÑO 120


 

PROVERBIOS DE ERMITAÑO 119


 

DIÁLOGO VIVO CON SAN JUAN DE LA CRUZ 42




CONVERSACIONES SUBIENDO AL MONTE 42


LOS GOZOS POR BIENES ESPIRITUALES, ¿CÓMO SE DISTINGUEN?

 

“Por bienes espirituales entiendo todos aquellos que mueven y ayudan para las cosas divinas y el trato del alma con Dios, y las comunicaciones de Dios con el alma.” (SMC L3, Cap. 33,2)

 

Fray Juan, hemos llegado a lo más alto de la escala de los bienes y sus gozos. ¿Pues que bien podría ser más beneficioso que estos que posibilitan la comunicación del alma con Dios?

Sin embargo permíteme una digresión. Mirando este trayecto ascendente me pregunto dónde se encuentra el promedio del Pueblo peregrino que es la Iglesia en la historia. Se trata de una apreciación del todo subjetiva pero consecuencia de mi experiencia en el servicio pastoral. Creo que la gran mayoría no pasa más allá de la consideración de los bienes morales.

Me explico. Ciertamente hay cristianos que personalmente y en comunidades intentan ascender hasta la cima de los bienes espirituales cultivando una espiritualidad seria y profunda. Pero son los menos en el conjunto. Apenas puedo intuir algo de mi diócesis, región eclesiástica y país. Quizás algo vislumbro de la Iglesia universal en las noticias globalizadas del hoy. Me impresiona oír a mis queridos feligreses rezar, pues cuando tienen que elaborar los guiones litúrgicos o en otro tipo de experiencias espirituales donde pueden libre y espontáneamente elevar su plegaria, casi todo se resume en los primeros niveles: bienes temporales, naturales y sensuales. Toda la oración muy centrada en nosotros mismos y nuestras necesidades con un marcado carácter emocional. Ciertamente surgen temáticas morales porque se haya muy internalizado el concepto de que ser cristiano es “portarse bien”.

Pero lo sobrenatural suele estar más ausente. De hecho, como hay quienes buscan inmaduramente fascinados lo religioso-extraordinario, hay tantísimos más que frente a lo sobrenatural se asustan, se sienten descolocados, les resulta totalmente extraño a su forma de vivir la fe. Más bien les causan rechazo las manifestaciones del Dios santo y poderoso en el amor. Diría que tienen miedo y se escapan al vislumbrar que Dios es capaz de tanto, no sea que se acerquen demasiado y pueda cambiarles la vida.

De lo espiritual baste decir esto: ¡qué difícil es convencer a nuestros cristianos de realizar un retiro espiritual! Si en las parroquias organizamos retiros o jornadas espirituales son seguramente las iniciativas menos respondidas. Tal vez de a poco hemos conseguido crecer en la Adoración Eucarística o la Lectio Divina. Pero yo creo que simplemente pensamos que los cristianos no estamos para eso de estar en silencio y dialogando con el Señor. Hay que actuar, organizar eventos, planificar estrategias pastorales y no sé yo cuántas cosas más. Juzgo que pocos incluirían en la pastoral ordinaria de la Iglesia el trato con Dios. De hecho poco enseñamos a orar e incentivamos a ello. El culto a Dios se ha tornado funcional y medido por un reloj exigente. ¿El Misterio? ¿De qué rarezas me hablas?

Juzgo por supuesto que la mayor responsabilidad recae sobre los ministros ordenados. Al menos hasta donde yo palpo y observo nuestro ejercicio pastoral se ha inclinado decididamente al activismo funcionalista o a cierto populismo demagógico. Reina el amiguismo fácil de pasarlo bien juntos a costa de no tocar ningún tema que exija definiciones profundas y pueda provocar tensión. ¿La fidelidad al Evangelio? Bueno, todo se charla y se acomoda. Lo importante es que las personas se sientan bien.

Por mis lares además han quedado profundos resabios de acercamientos teológicos muy marcados por la sociología y el análisis político. Hay pastores que solo hablan del Evangelio desde el ángulo de la llamada “Doctrina Social de la Iglesia”. ¿Este ángulo es el único o el más importante? Una soteriología totalmente reducida al inmanentismo de la historia, una soteriología secularista. Ya no hay Gloria ni Cielo y si los hay no importan tanto.

Además el exacerbamiento arbitrario de la piedad popular ya ha olvidado que con sus elementos positivos igual debe ser purificada y reorientada. Más bien se la erige como tipo y modelo del trato con Dios, con su mezcla con el pecado y también con la superstición o la magia.

Fray Juan, en este clima de época, no son muy favorables las condiciones para anhelar bienes espirituales. Pero como Dios trabaja sin descanso y generosamente en las almas, sigamos adelante.

 

“Los bienes espirituales son en dos maneras: unos, sabrosos, y otros penosos. Y cada uno de estos géneros es también en dos maneras: porque los sabrosos, unos son de cosas claras que distintamente se entienden, y otros, de cosas que no se entienden clara ni distintamente. Los penosos, también algunos son de cosas claras y distintas, y otros, de cosas confusas y oscuras.” (SMC L3, Cap. 33,3)

 

A modo muy general entonces diremos que los bienes espirituales se comunican en la vida activa o de ejercicio nuestro de trato con Dios y de modo infuso por vía contemplativa o mística teología. Obviamente por vía activa accesibles a todos y por vía infusa a quienes hayan sido enlazados en aquella secreta quietud y recogimiento interior que solo el Señor puede obrar en el alma.

Pero además en ambas dinámicas pueden ser sabrosos provocando contento, buen ánimo, fervor espiritual, excitando una decisión más firme en la fe, robusteciendo la esperanza y haciendo comprender la envergadura del amor que Dios nos dispensa; como pueden alcanzar las cimas del éxtasis, embelesamientos y arrobamientos, vuelos en espíritu e incendios interiores junto con un sinfín de revelaciones y degustación del Misterio.

Como en ambas dinámicas pueden ser penosos moviéndonos al arrepentimiento y a llorar nuestros pecados, doliéndonos de la vida que llevamos para buscar una mayor conversión, invitándonos a penitencias y trayéndonos a consideración la Pasión de Cristo y cuánto pagó por nosotros derramando su Sangre; por supuesto nos introducirán en el desierto y la noche de las purificaciones infusas como si nos metieran en el sepulcro de Cristo para ser transformados y resurgir con Él.

 

“Todos éstos podemos también distinguir según las potencias del alma; porque unos, por cuanto son inteligencias, pertenecen al entendimiento; otros, por cuanto son afecciones pertenecen a la voluntad, y otros, por cuanto son imaginarios, pertenecen a la memoria.” (SMC L3, Cap. 33,4)

 

Podrán ser como iluminaciones sobre el entendimiento, como visiones sobre la memoria y como afectos sobre la voluntad. Todo nuestro ser creado ha sido justamente diseñado ontológicamente para la comunicación con Dios, para la Unión. Y el Esposo no escatima esfuerzos, es decir derrama generosamente gracias, a quienes llegados a esta cima de la escala se han acercado y arrimado a Él. Quiéreles conquistar del todo por el amor y hacerlos suyos para siempre.




EVANGELIO DE FUEGO 22 de Enero de 2025