1.
Escóndeme en lo
escondido.
2.
El verdadero
contemplador ha gustado del Dios escondido.
3.
Tras la primera
noche del alma, se ha encontrado el contemplador con Aquel que tanto sobrepasa;
resultándole pues inasible, en huida, tan escondido y más allá de su
inteligencia y afectos.
4.
Vive quien
contempla, el momento negativo donde nada de lo que diga de Él alcanza y el
momento superlativo donde Dios es más y siempre más de lo que de Él se puede
afirmar. Dios es la nada y Dios es el
todo.
5.
Un Dios escondido
que el contemplador solo puede abrazar con el nuevo sentido interior que le ha
sido regalado en la quietud de amor.
6.
Avanzando,
hacia Quien se le dona primero pues lo avanza, lo contempla, es decir lo ama y
es amado en lo escondido.
7.
Mirando con
mirada cautivada este bendito Espejo –Encarnación, Eucaristía y Cruz-, atraído
todo él con fuerza irresistible a la comunión, el contemplador no puede menos
que suplicar con dulzura ser escondido en Él.
8.
Escondido tras
el Escondido querrás vivir para que desapareciendo tú brille el Amado.
9.
Quiere el
contemplador esconderse justamente allí donde el Dios escondido más se anonada:
tras Encarnación, Eucaristía y Cruz.
10.
El verdadero
contemplador suele pasar ante los ojos del mundo como un torpe, loco o ciego.
Es que por amor busca ser pobre para abrazarse enteramente al plenamente Pobre.
11.
Unido a esta
pobreza que enriquece, deja escondidos en la intimidad los favores y esfuérzate
por sacar a luz a Dios en las obras, desapareciendo tú lo más posible, obrando
también en lo escondido.
12.
Sólo en lo
escondido, donde el Padre únicamente ve, el amor fecunda y fructifica.
13.
La mayoría de
los hombres no se encuentran en profundidad con Dios porque lo buscan donde Él
no destella.
14.
La lógica de la
Encarnación, de la Eucaristía y de la Cruz va a contramano de la lógica del
endiosamiento, de la autoafirmación negadora de lo diferente y del poder que
nos empuja desde la raíz de pecado que vive en nosotros.
15.
El Dios que
vino entre nosotros asumiendo plenamente la humanidad y la historia eligió
pararse en el reverso de nuestro hacer humanidad y hacer historia y desde allí,
desde lo escondido, sumergido en lo más profundo de nuestras tinieblas hizo
brillar su luz que dispersa oscuridades.
16.
Esconderse en
lo escondido es pararse junto al Amado y ser testigo y cooperador de su amor
que salva.
17.
El camino del
santo es el camino de la locura, que no es otra que la locura de amor de Jesús,
el Señor.
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