Vida y regla para un presbiterado contemplativo (1)



"Vida y Regla para un Presbiterado Contemplativo" (2021)

 VIDA Y REGLA

 

La fórmula profesada

 

En alabanza y gloria de la Santísima Trinidad,

yo, Silvio Dante Pereira Carro,

presbítero del clero diocesano

de Avellaneda-Lanús

en mi servicio de párroco,

hago voto a Dios de vivir

el Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo

como mi única Vida y Regla.

Confieso que el Espíritu Santo

me mueve a llevar una vida mixta

fundando, sosteniendo y proyectando

el ejercicio ministerial

desde la dimensión contemplativa;

configurando la vida sacerdotal

a la espiritualidad del desierto

y a la tradición eremítica.

Y para madurar la unión con Dios

y su Santa Voluntad

cultivaré el espíritu de oración

en pastoral y fraterna

 soledad, silencio y penitencia

bajo el soplo del Espíritu

con vida escondida

en la Santa Iglesia. Amén.

  

Y lo pongo en sencillas palabras

 

1.      En alabanza y gloria de la Santísima Trinidad.

 

Personalmente no sabría iniciar de otro modo. Se trata del testimonio más propio del camino contemplativo: la singular experiencia mística de la inhabitación Trinitaria, el gozo infuso por la participación del alma en la comunional perijóresis, la silente degustación en Gracia del Misterio del Dios Amor.

He aquí la fuente y la patria de todo caminar humano, la Santísima Trinidad. “Porque no está lejos de nosotros, ya que en él vivimos, nos movemos y existimos.” (Hch 19,28) Y como sacerdote la gran y cotidiana certeza teologal que impregna toda mi vida de oración como la celebración litúrgica, sobre todo en la Eucaristía: ¡La Trinidad en uno y uno en la Trinidad!

 

¡Oh cómo circula el amor

Tan rico de luz y gloria

Es un amor en tres que toca,

Un amor que toca y abre herida,

Una herida en tres de amor unida!

 

¡Oh cuánta unidad que da el amor

Tan comunicativo en procedencia eterna

Y en relación eterna unida llama

Que abre el alma a la divina gloria

Quedando herida de quietud tan viva!

 

¡Oh cuánta vivacidad canta el amor

Fuente perenne de oblación y gozo,

Es todo recepción abierta y donación sin mengua,

Comunicación de amor en tres salidas

Que al darse sin reserva se tienen sin medida!

 

¡Oh cuánta salida en amor provoca herida

Y tanta recepción da tenencia y dicha,

Al toque repica el alma que enunciada

En silente comunión se levanta en gracia,

La humana vida a la divina vida!

 

¡Oh cuánto exceso el amor eterno

Que visita al alma rasgando tela,

La secreta y delgada tela que separa

La interior morada de la esponsal recámara

Que lleva en sí secretamente y a la espera!

 

¡Oh cuánta fruición en el amor que excede,

Un solo amante en tres caricias,

Un solo huésped en tres visitas,

Y se sabe el amor infinito en su valía

Más parece que siempre más amor habría!

 

¡Oh cómo circula el amor

Tan rico de luz y gloria

Es un amor en tres que toca,

Un amor que toca y abre herida,

Una herida en tres de amor unida!

 


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