"Cantar de amadores. Acerca del inicio de la contemplación." (2019)
“Porque tus amores son más deliciosos que el vino; sí, el aroma de tus perfumes es exquisito, tu nombre es perfume que se derrama: por eso las jóvenes se enamoran de ti.” (1,2b-3)
¿Cómo no embriagarse el alma si
disfruta del Sumo Bien, fuente y efluvio de todos los bienes? Quien ha
experimentado una caricia, un toque, una mirada amorosa del Amado sabe que el
alma queda fuera de sí ante tanta delicia. Y aún causa un gran gozo el
experimentar que su pequeña y frágil vasija es incapaz de contener tanto
derroche. El amor de Dios embriaga tanto que desmaya, saca de sí, cautiva. Y
este amor sobreabundante de la vasija del alma se derrama ya que no hay continente
que pueda contener a tal Señor.
Así
el alma sobrepasada y atravesada por
tanto amor queda embriagada y olorosa en Él. El amor del Amado la tiene
secretamente transformada, y perdida en Él lleva de Él su vino y su perfume. Y
ese perfume del Amado es como su nombre, su nombre como diferentes fragancias:
Bondad, Misericordia, Fortaleza, Ternura, Piedad, Sabiduría, Perdón y todas las
demás. Cuando el Amado derrama su amor lo hace con diferentes fragancias y si
con todas a la vez cuán rápido se desarraiga el alma y participa de la unión
que prefigura y da primicias de la eternidad.
¡Oh,
qué maravilla este amor más delicioso que el más sabroso de los vinos y más perfumado que el más aromado elixir! ¡Oh,
cuán favorecida el alma que queda por él ungida... ya se dirá de ella que es
toda una reina desposada!
Pero,
gran desgracia, si tu alma no es joven no podrá recibir este don más que a
pequeñas gotas. Un alma joven, lo sé, es un alma que busca y espera, capaz de
sacrificarlo todo, aventurera y osada para conquistar grandes premios, que
desea convertirse más, que no se cree ganada sino en peligro, que se
experimenta necesitada, que no tiene otra meta más que vivir el amor en
parámetros de santidad. Si tu alma es joven tarde o temprano, cuando Él lo
disponga, quedará prendada del más grande amor por aquel Amor que todo lo llena
y lo sacia, fuente y culmen de todo, donde se sostiene todo en dependencia
secreta, que invita a la unión.
¡Oh
Amor tan amado, no tardes! ¡Ven pronto a arrebatarme y elevado en tu llama hazme
más semejante a Ti, que yo contigo quiero arder y dar de Ti y de mí, por Ti y
en Ti!
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