Habito en lo alto de su Cruz
Y debajo transitan peregrinos
Mientras Él les susurra
En silente voz de ofrenda:
“Permanezcan en mi amor”.
Habito en lo alto de su Cruz
Y cuando pasan de largo indiferentes
O burlones o sacrílegos o enemigos
Me uno a la divina voz tan clara
Y así con el Padre y el Espíritu susurro:
“Descúbranlo y permanezcan en su amor”.
Habito en lo alto de su Cruz
Y en el desierto de las soledades
Me ato a su voz que se alza desgarrada:
“Padre mío, ¿por qué me has abandonado?”
Y enamorado gimo y clamo:
“Hombre de duro corazón, sal de tu locura,
Deténte y permanece en este amor.”
Habito en lo alto de su Cruz
Y cuando alguien finalmente se detiene
Mi corazón que por gracia habita el Suyo
Se desvive en ansia y gozo de futura unión.
Y pues ya con Él latimos juntos
Aliado a la Trinidad Santa me quedo suplicando
Al novel amado amante que se acerca:
“Por tu bien y dicha, quédate y no te apartes de su amor.”
Me encanta leer estos poemas dedicados a nuestro Señor, tal como dice el poema también puedo permanecer en .. "el desierto de las soledades"... y suplicar en su amor que termine la obra que empezó.
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