Encarnación, Eucaristía
y Cruz
1. Encarnación,
Eucaristía y Cruz. Este misterio quiero contemplar. A hundirme en este misterio
soy llamado.
2. Contemplar
quiero el misterio grandísimo del Dios hecho pobre por amor, anonadado,
abajado, humildísimo, escondido, indefenso y desnudo, entregado sin límite.
3. Contemplo
a ese Dios que quiso tomar la carne de la necesidad por amor, haciéndose Él, el
Creador, necesitado de nosotros, quienes somos los verdaderamente necesitados
de Él.
4. Encarnación.
¡Qué locura de amor tan grande! ¡Qué capacidad de amor la del Señor! ¿Quién
como Él humilde y pobre, desapropiado y desnudo, totalmente volcado por amor a
sus criaturas? ¿Quién como Él?
5. Eucaristía.
Nada más simple que un pedazo de pan y un poco de vino. Nada más frágil,
disponible, pobrísimo, cotidiano y escondido. ¿Y Tú quieres estar aquí?
6. Eucaristía.
Nada más atrayente, fuente de todo bien y de todo amor, que desbordando a
raudales inunda y sustenta tan secretamente al mundo. ¡Y Tú quieres quedarte
aquí!
7. Cruz.
Y miro también al Amado clavado en la Cruz. ¿Y qué puedo decir? Nada puedo sino
recorrer sus benditas llagas.
8. Cruz.
Palpar de lejos su dolor inmenso. Asombrarme y conmoverme, quebrarme y sollozar
con lágrimas de adentro ante la donación generosísima de su vida, ante la
magnificencia grandiosa de su corazón amante.
9. Cruz.
¿Cómo es posible, Señor, tanto amor? ¿Cómo es posible? ¿Fue por mí? ¿Por qué?
Ni toda la ciencia teológica de este mundo podrá terminarle de explicar a mi
corazón la maravilla inmensa que contemplo.
10. Encarnación,
Eucaristía y Cruz. ¡Indecible misterio, indecible! ¡Señor, moldéame a tu imagen
y semejanza según este gran tesoro!
11. Pan
fuerte y vino fuerte de su omnipotente amor.
12. Comer
y beber quiero, porque el Señor me regalo el querer, pan fuerte y vino fuerte
de su omnipotente amor.
13. Amor
omnipotente porque es tan rico que no le puedo albergar y llegando a mí me derrumba
y ensancha, me enloquece y desmaya, abrazándome me incendia y me saca de mí con
mano fuerte.
14. Amor
Omnipotente porque viene como todo a una y hay tanta desmedida entre su
magnitud y hermosura y deleite y mi capacidad de corazón que viniendo arrasa
sin destruir, arrasa haciéndolo todo nuevo.
15. ¡Qué
amor tan inefable éste que me cautiva la vida!
16. Y
a ese amor de Dios tan omnipotente por la desmedida y la locura que para el
hombre es, lo veo escondido en la Eucaristía, y allí me llama y metiéndome en él
me consume. Pan fuerte y vino fuerte, Cuerpo y Sangre del Señor.
17. La
Eucaristía es pan fuerte y vino fuerte, alimento sólido para amantes maduros.
18. La
Eucaristía es el pan fuerte y vino fuerte que debe comer y beber todo
cristiano: vérselas de frente con Cristo y ser invitado a hacerse uno con Él, a
vivir vida escondida, a partirse y repartirse sin medida.
19. Para
contemplar hay que hacerse pobre, anonadarse, abajarse, humillarse como Él.
Pasar por la Encarnación dejando que Él se haga carne en la propia vida, no ser
ya uno sino como otro Cristo.
20. Para
contemplar hay que pasar por la Cruz crucificando la propia vida en Él.
21. Ser
Eucaristía, hacer de la propia vida pan y vino que se parte y se reparte a los
hermanos hasta que ya no queda nada. Y todo esto movidos por su amor.
22. ¡Qué
amor tan omnipotente entonces es éste Amor de Dios que a tanto amor nos mueve!
23. ¡Señor,
no permitas que ante tu Cuerpo y tu Sangre mi tierra quede estéril! ¡Despósame
en tu amor omnipotente, méteme en ti y hazme como Tú!
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