“Porque tus amores son más deliciosos
que el vino; sí, el aroma de tus perfumes es exquisito, tu nombre es perfume
que se derrama: por eso las jóvenes se enamoran de ti.” (1,2b-3)
1.
¿Cómo no
embriagarse el alma si disfruta del Sumo Bien, fuente y efluvio de todos los
bienes? Quien ha experimentado una caricia, un toque, una mirada amorosa del
Amado sabe que el alma queda fuera de sí ante tanta delicia.
2.
Causa un gran
gozo en el alma el experimentar que su pequeña y frágil vasija es incapaz de
contener tanto derroche. El amor de Dios embriaga tanto que desmaya, saca de
sí, cautiva.
3.
El amor de Dios
sobreabundante y excedente no puede sino derramarse de la vasija del alma, ya
que no hay continente que pueda contener a tal Señor.
4.
El alma sobrepasada y atravesada por tanto amor queda
embriagada y olorosa en Él. El amor del Amado la tiene secretamente
transformada, y perdida en Él lleva de Él su vino y su perfume.
5.
¡Oh, qué
maravilla este amor más delicioso que el más sabroso de los vinos y más perfumado que el más aromado elixir! ¡Oh,
cuán favorecida el alma que queda por él ungida... ya se dirá de ella que es
toda una reina desposada!
6.
Cuando Dios
disponga, quedará prendada el alma del más grande amor por su Amor que todo lo
llena y lo sacia, fuente y culmen de todo, donde se sostiene todo en
dependencia secreta que invita a la unión.
7.
¡Oh Amor tan
amado, no tardes! ¡Ven pronto a arrebatarme y elevado en tu llama hazme más
semejante a Ti, que yo contigo quiero arder y dar de Ti y de mí, por Ti y en
Ti!
Gracias Padre por el acompañamiento. Con las reflexiones que pones mí alma encuentran el amor a Dios.
ResponderBorrar