CANTANDO CANTARES DEL ALMA 5



“Yo me senté a su sombra tan deseada y su fruto es dulce a mi paladar.” (2,3b)

 

1.      El alma ya salida de sí, existencialmente deseosa de vivir descentrada en sí misma; a su vez padece terriblemente el reflujo del sólo-yo que desea imponerse y desterrar al Amado que le ha ganado el corazón.

 

2.      El alma entrada en contemplación sufre el descentramiento tan deseado, pues aún no alcanzado por completo, se sabe  retenida para la unión esponsal. Esa alma en tensión sólo encuentra reposo en el encuentro con Él.

 

3.      El alma encaminada a una unión más duradera, aun experimentando como el Señor trabaja para vaciarla completamente de sí, envuelta por dura noche, exclama su necesidad de ser visitada para no sucumbir.

 

4.      ¡Sé tú Amado mi refugio y mi amparo! ¡Socórreme cuando desfallezco! Así grita el alma y el Señor que la ama la visita con su inefable presencia y la alimenta con su gracia.

 

5.      ¡Oh, qué seguridad experimenta quien descansa en el mismísimo Señor del universo!

 

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EVANGELIO DE FUEGO 22 de Noviembre de 2024