“Yo duermo pero mi corazón vela:
oigo a mi Amado que golpea.” (5,2a)
1.
¡Oh amor tan
amado, cuánto más ardiente, más callado! ¡Oh amor silente, oscuro y escondido,
tan puro, nuevo y simple!
2.
Es éste el amor
de contemplación: un amor don, con amor donado.
3.
Amor que no
duerme y deja al alma en vela para que aunque todas las potencias duerman, ella
perciba, los movimientos unitivos del Amado.
4.
Cuánto más
habite el contemplador la silente, oscura y escondida morada más vigilia se
encenderá y aún mayor fineza de percepción.
5.
¿Qué es
contemplación? Dejar que todo el yo se duerma y dejar que permanezca en vela
este amor desnudo, por el Amor sembrado, para despertar a Dios que llega.
6.
¡Amor, amor,
sólo es importante el amor!
7.
¿Y quién golpea
las puertas de este amor pequeño? Golpea el Amor que quiere introducirlo en su
seno y unirlo a Él de quien proviene y hacia quien camina. Si golpea el Amado,
con amor ábrele.
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