CANTANDO CANTARES DEL ALMA 10

 


“Eres un jardín cerrado hermana mía, novia mía; eres un jardín cerrado, una fuente sellada. ¡Fuente que riega los jardines, manantial de agua viva, que fluye desde el Líbano!” (4,12-15)

 

1.      El Señor al atraerte a la vida contemplativa te ha reservado para la exclusividad con Él; te ha consagrado al acto de amor simple y puro que es la contemplación.

 

2.      El Amado, que será tu sostén y defensa, te invita a permanecer dedicado a la vida contemplativa que te es regalada. Esta vida, en efecto, lejos de ser inútil y estéril, es bien provechosa y fecunda en el amor.

 

3.      Nos es difícil aceptar que hay otras formas de ser signos de la presencia y crecimiento del Reino fuera de la actividad. Pero quien contempla sabe que con el regalo le llega una misión, una tarea que encerrado en su diminuto corazón lo llevará a transitar innumerables caminos del mundo, innumerables corazones, innumerables vaivenes de la historia.

 

4.      El contemplativo ha sido convocado para desparramar aromas de Cristo el Señor por todo el mundo y tan secretamente.

 

5.      Desde esta fuente sellada en la noche, a escondidas, el Señor riega las esterilidades del mundo con el agua que abundantemente le regala para que rebalsando de sí llegue hasta lo más reseco. Un centro donde el Amor se condensa y se expande: eso es un contemplativo.

 

6.      Imposible de aceptar sin la fe este obrar escondido. Sólo sé que el Señor, con frecuencia, me impulsa a elevar así mi oración: “Señor, haz de mí una pira de dolor y de amor. Ocúltame en el holocausto de tu Hijo. Quiero acabar con tanto sufrimiento. Acéptame, Padre, como víctima de amoroso sacrificio. Quiero sufrir yo en lugar de ellos para que en el mundo se saboree sólo el amor.”

 

7.      Yo no sé cómo ni lo intuyo, porque aún soy tan débil y tan fétido, pero tengo certeza de que en este encuentro simple y puro con el Amado, en esta asociación amorosa con ese Varón de Dolores y Salvador, el mundo entero también vibra y recibe amor.

 

1 comentario:

  1. Gracias por la empatía de compartir ! La oración nos enseña a escuchar...el que puede escuchar al otro puede escuchar a Dios 😌Que Dios nos de la gracia de subir al monte a orar!

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