En las relaciones fraternas, en
la vida comunitaria, en la vida de la Iglesia debemos tender a buscar la
voluntad de Dios siempre y en todo. Esa recta intención asegura la acción del
Espíritu Santo; asegura que esa acción quede lejos de tentaciones y
contaminaciones. Buscarse a sí mismo, complacerse en sí mismo es el gran
peligro. Ustedes me entienden: el protagonismo, el exhibicionismo, el querer
ser aplaudidos, reconocidos, recompensados, el poder, en fin, las diversas
formas de ponerse a uno en el centro y no ponerlo a Dios. En la vida cristiana y
fraterna tenemos que hacer el esfuerzo constante de purificar nuestras
intenciones y motivaciones. Buscar la voluntad de Dios, por encima de todo, la
voluntad de Dios. Morir a la búsqueda y a la complacencia en uno mismo. Una
persona solo así anda en buen espíritu, unos vínculos fraternos así en buen
espíritu también. Una comunidad bajo esta regla -buscar siempre y en todo, la
voluntad de Dios-, permanece en buen espíritu.
Escritos espirituales y florecillas de oración personal. Contemplaciones teologales tanto bíblicas como sobre la actualidad eclesial.
PROVERBIOS DE ERMITAÑO 2
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
DIÁLOGO VIVO CON SAN PABLO 26
QUE CADA UNO TRATE DE AGRADAR A SU PRÓJIMO PARA EL BIEN, BUSCANDO SU EDIFICACIÓN (II) Continuemos, ilustre San Pablo, tu enseñ...
-
El Misterio salvífico de la Comunión y la Eucaristía Quisiera contemplar a Jesucristo, como ese Misterio escondido y revelado, [1] e...
-
El Camino de la Salvación encuentra en la Virgen María el modelo más excelente. Ella, como nadie, ha sabido caminar detrás del Señ...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario