CANTANDO CANTARES DEL ALMA 12




“¿Quién es esa que surge como la aurora, bella como la luna, resplandeciente como el sol, imponente como escuadrones con sus insignias? (6,10)

 

1.      ¡Oh, alma bienaventurada, cuán maravillosa la obra del Señor en ti! Si te ha hundido en lo más profundo de la noche es para hacerte resurgir como la más resplandeciente aurora.

 

2.      ¡Oh, alma bienaventurada!, tu Señor te ha hecho tesoro de luz que regalada ilumina las tinieblas; astro tú y guía, sin quererlo y a escondidas, reflejo cautivante tú de Aquel que es Luz sin límite.

 

3.      Llevas en ti, oh alma enamorada, como poderosos escuadrones las insignias del amor, es decir, la multitud de gracias que te adornan por el trato íntimo con tu Amado.

 

4.      Alma mía, la contemplación te ha hecho otra, o mejor aún, te ha permitido ser quien verdaderamente eres, te ha devuelto al designio primero de Dios sobre ti.

 

5.      Alma mía, ya escondida en el Escondido, eres reflejo de la misteriosa Luz que centellea en la noche e ilumina las tinieblas.

 

6.      ¡Oh, entrégate, alma bienaventurada, más y más a Aquel que te formó y te transforma en sí con incomparable amor!

 

PROVERBIOS DE ERMITAÑO 43


 

CANTANDO CANTARES DEL ALMA 11

 


“Yo duermo pero mi corazón vela: oigo a mi Amado que golpea.” (5,2a)

 

1.      ¡Oh amor tan amado, cuánto más ardiente, más callado! ¡Oh amor silente, oscuro y escondido, tan puro, nuevo y simple!

 

2.      Es éste el amor de contemplación: un amor don, con amor donado.

 

3.      Amor que no duerme y deja al alma en vela para que aunque todas las potencias duerman, ella perciba, los movimientos unitivos del Amado.

 

4.      Cuánto más habite el contemplador la silente, oscura y escondida morada más vigilia se encenderá y aún mayor fineza de percepción.

 

5.      ¿Qué es contemplación? Dejar que todo el yo se duerma y dejar que permanezca en vela este amor desnudo, por el Amor sembrado, para despertar a Dios que llega.

 

6.      ¡Amor, amor, sólo es importante el amor!

 

7.      ¿Y quién golpea las puertas de este amor pequeño? Golpea el Amor que quiere introducirlo en su seno y unirlo a Él de quien proviene y hacia quien camina. Si golpea el Amado, con amor ábrele.

 

CANTANDO CANTARES DEL ALMA 10

 


“Eres un jardín cerrado hermana mía, novia mía; eres un jardín cerrado, una fuente sellada. ¡Fuente que riega los jardines, manantial de agua viva, que fluye desde el Líbano!” (4,12-15)

 

1.      El Señor al atraerte a la vida contemplativa te ha reservado para la exclusividad con Él; te ha consagrado al acto de amor simple y puro que es la contemplación.

 

2.      El Amado, que será tu sostén y defensa, te invita a permanecer dedicado a la vida contemplativa que te es regalada. Esta vida, en efecto, lejos de ser inútil y estéril, es bien provechosa y fecunda en el amor.

 

3.      Nos es difícil aceptar que hay otras formas de ser signos de la presencia y crecimiento del Reino fuera de la actividad. Pero quien contempla sabe que con el regalo le llega una misión, una tarea que encerrado en su diminuto corazón lo llevará a transitar innumerables caminos del mundo, innumerables corazones, innumerables vaivenes de la historia.

 

4.      El contemplativo ha sido convocado para desparramar aromas de Cristo el Señor por todo el mundo y tan secretamente.

 

5.      Desde esta fuente sellada en la noche, a escondidas, el Señor riega las esterilidades del mundo con el agua que abundantemente le regala para que rebalsando de sí llegue hasta lo más reseco. Un centro donde el Amor se condensa y se expande: eso es un contemplativo.

 

6.      Imposible de aceptar sin la fe este obrar escondido. Sólo sé que el Señor, con frecuencia, me impulsa a elevar así mi oración: “Señor, haz de mí una pira de dolor y de amor. Ocúltame en el holocausto de tu Hijo. Quiero acabar con tanto sufrimiento. Acéptame, Padre, como víctima de amoroso sacrificio. Quiero sufrir yo en lugar de ellos para que en el mundo se saboree sólo el amor.”

 

7.      Yo no sé cómo ni lo intuyo, porque aún soy tan débil y tan fétido, pero tengo certeza de que en este encuentro simple y puro con el Amado, en esta asociación amorosa con ese Varón de Dolores y Salvador, el mundo entero también vibra y recibe amor.

 

PROVERBIOS DE ERMITAÑO 39


 

CANTANDO CANTARES DEL ALMA 9

 


“Mi amado es para mí, y yo soy para mi amado.” (2,16a)

 

1.      “Mi amado es para mí, y yo soy para mi amado.” (Ct 2,16a) No hay mejor forma de expresar el camino contemplativo.

 

2.      Es propio de la contemplación que el don de la unión, el don de la referencia del yo al Amado, quede marcado en el alma de un modo persistente.

 

3.      No es indiferente haber pasado el alma por el trance de la fuga y del rapto, del amoroso estar fuera de sí en Él por Él.  Así se recibe, por la propia experiencia contemplativa que deja al alma imborrablemente marcada, el don de la referencia.

 

4.      La existencia del contemplador no puede menos que experimentarse referida a la existencia del Amado. Existo para Él y porque Él existe, sino no existiría.

 

5.      Se ha levantado un profundo desencantamiento y desabrimiento por todo lo que no sea el Amado. Sólo queda la existencia del Amado como motor y sentido de la existencia y nada más.

 

6.      Cuanto más se adentra el contemplador en su caminar la referencia al Amado se va haciendo más esencial. Participando de algún modo de la misma vida divina, sumergido en el misterio de la  Trinidad, el contemplador goza ya de las primicias de la eternidad.

 

7.      El Buen Dios hace entrar al contemplador en sí de tal forma, que al mismo tiempo que empiezan a diluirse las barreras y secuelas que levantó y dejó el pecado, comienza a restablecerse la comunicación original con toda su maravilla.

 

8.      Ser el contemplador en Dios y Dios en el contemplador. Gozar en el amor de una unión gratuita y totalmente inesperada. Mi Amado es para mí y yo soy para mi Amado.

 

CANTANDO CANTARES DEL ALMA 8

 



“Habla mi Amado, y me dice: ¡Levántate, amada mía, y ven, hermosa mía! Porque ya pasó el invierno, cesaron y se fueron las lluvias. Aparecieron las flores sobre la tierra, llegó el tiempo de las canciones, y se oye en nuestra tierra el arrullo de la tórtola. La higuera da sus primeros frutos y las viñas en flor exhalan su perfume. ¡Levántate, amada mía, y ven, hermosa mía! Paloma mía, que anidas en la grietas de las rocas, en lugares escarpados, muéstrame tu rostro, déjame oír tu voz; porque tu voz es suave y es hermoso tu semblante.” (2,10-14)

 

1.      El Señor, que trabaja mucho más de lo que el contemplador percibe, de tanto en tanto desea mostrarle su obra para animarlo aún más en el caminar y para encenderlo aún más en gratitud amorosa que lo hará crecer.

 

2.      El Amado Jesús llama al contemplativo y lo invita a levantarse y salir de la desértica oscuridad de la noche.

 

3.      Suspende a veces el Señor por un tiempo el clima de capullo con el invierno de sus purificaciones y la lluvia de las estrecheces. Entonces el contemplador puede ver un paisaje nuevo: la obra que su Amado ha hecho en él.

 

4.      El alma ya está florecida. Todo en ella canta con alegría anunciando el amor enamorado que la une a su Amado y Señor.

 

5.      Ya hay frutos de este caminar contemplativo en el que el Dios Bueno y Santo la ha introducido. Ya está perfumada el alma con la fragancia de Cristo, ya la esparce secretamente.

 

6.      Al reiterar su llamado el Amado especifica bellamente el talante de una vida contemplativa. La amada es paloma, es decir, el contemplador es un ave y como toda ave su vocación es levantar el vuelo; un ave que habita y anida las grietas de las rocas, en lugares resguardados y difícilmente accesibles; en lugares escarpados, es decir, en lo más último y profundo de su yo.

 

7.      Para un contemplativo lo más alto y escarpado es lo más profundo y escondido; y levantar el vuelo unirse a su Amado y ser uno sólo con Él.

 

8.      Hay tiempos en los que por Misericordia, se le regala al alma mirar la obra que el Esposo esculpe con paciencia y delicadeza.

 

9.      El Señor llevó al alma a la oscuridad y trabajó sobre ella, que experimentaba su labor sin saber con certeza su envergadura; ahora Él la saca a la luz suspendiendo la noche para que advierta la magnitud de la obra.

 

10.  La voz del alma ya es suave y su semblante ya es hermoso, ya refulgen en ella la suavidad de voz y la hermosura del rostro de su Dios tan amado.

 

11.  Ya ha comenzado el alma a despejar en sí al Espejo de Fuego al que se ha entregado. Ya ha comenzado la obra de divinización en el amor.

 

12.  La obra del Amor trae el dolor quemante y dulce de la Cruz y, promete asegurándolo, la unión definitiva de la Resurrección.

 

PROVERBIOS DE ERMITAÑO 35


 

PROVERBIOS DE ERMITAÑO 34


 

POESÍA DEL ALMA UNIDA 24

 



Mi naturaleza es caminar

Por eso siempre Tú me llamas

Por eso siempre yo te busco

 

Has puesto en mí

            Este ardor incesante

            Esta quemazón

Que asciende

Desde lo más profundo

Desde el inicio de mi tiempo

Y más allá

            Desde tu llamado eterno

 

¡Oh esta sed insaciable

Que me urge sin descanso!

¡Oh portentosa convocatoria

Cual dulce tormento de amor!

 

No hay más que caminar

Sin detenerse

 

Toda mi vida aquí

En la historia

                        Es caminar

 

Peregrino de tu Eternidad soy

Mi naturaleza es caminar

 

PROVERBIOS DE ERMITAÑO 33


 

CANTANDO CANTARES DEL ALMA 7

 


“Su izquierda sostiene mi cabeza y con su derecha me abraza.” (2,6)

 

1.      ¡Cómo decir la gran delicadeza y cuidado que el Señor tiene con los que lleva por el camino de la contemplación!

 

2.      A los contemplativos Dios sabe abrazarnos, y esto en el sentido del fuego que arde, enardece, inflama y consume pidiendo más, siempre más; y a la vez sostenernos para que no nos desbaratemos, desmembremos o desintegremos ante tan arrollador don que es su Presencia.

 

3.      Con sabia y paternal pedagogía, Dios nos abraza y nos coloca como al límite y luego nos sostiene y de este modo nos va capacitando para recibirle y albergarle.

 

4.      Es como si con breves y fuertes tirones el Señor nos fuera dilatando el corazón, que en tensión -cuando Él viene- parece ya pronto a romperse y en el relajamiento -cuando Él se aleja- no puede menos que añorarlo y desearlo con más fuerza.

 

5.      Entre excitaciones y desmayos, entre efluvios y desfallecimientos, va quitando del contemplador el ritmo de su latir y va introduciendo en el centro de su corazón el ritmo del latir del corazón Trinitario.

 

6.      Quien lo vive contemplando lo sabe pues lo saborea; y quien no lo vive, que con corazón sincero desee amar al Señor, tener con Él un encuentro gratuito en el amor, estar con Él por estar con Él y nada más.

 

7.      Si un verdadero deseo de contemplación brota, es que ya hay gracia; láncese entonces con simpleza y “negligente despreocupación amorosa” en los brazos del Amado y Él hará la obra.

 

POESÍA DEL ALMA UNIDA 35

  Oh Llama imparable del Espíritu Que lo deja todo en quemazón de Gloria   Oh incendios de Amor Divino Que ascienden poderosos   ...