Escritos espirituales y florecillas de oración personal. Contemplaciones teologales tanto bíblicas como sobre la actualidad eclesial.
CANTANDO CANTARES DEL ALMA 2
“Porque tus amores son más deliciosos
que el vino; sí, el aroma de tus perfumes es exquisito, tu nombre es perfume
que se derrama: por eso las jóvenes se enamoran de ti.” (1,2b-3)
1.
¿Cómo no
embriagarse el alma si disfruta del Sumo Bien, fuente y efluvio de todos los
bienes? Quien ha experimentado una caricia, un toque, una mirada amorosa del
Amado sabe que el alma queda fuera de sí ante tanta delicia.
2.
Causa un gran
gozo en el alma el experimentar que su pequeña y frágil vasija es incapaz de
contener tanto derroche. El amor de Dios embriaga tanto que desmaya, saca de
sí, cautiva.
3.
El amor de Dios
sobreabundante y excedente no puede sino derramarse de la vasija del alma, ya
que no hay continente que pueda contener a tal Señor.
4.
El alma sobrepasada y atravesada por tanto amor queda
embriagada y olorosa en Él. El amor del Amado la tiene secretamente
transformada, y perdida en Él lleva de Él su vino y su perfume.
5.
¡Oh, qué
maravilla este amor más delicioso que el más sabroso de los vinos y más perfumado que el más aromado elixir! ¡Oh,
cuán favorecida el alma que queda por él ungida... ya se dirá de ella que es
toda una reina desposada!
6.
Cuando Dios
disponga, quedará prendada el alma del más grande amor por su Amor que todo lo
llena y lo sacia, fuente y culmen de todo, donde se sostiene todo en
dependencia secreta que invita a la unión.
7.
¡Oh Amor tan
amado, no tardes! ¡Ven pronto a arrebatarme y elevado en tu llama hazme más
semejante a Ti, que yo contigo quiero arder y dar de Ti y de mí, por Ti y en
Ti!
CANTANDO CANTARES DEL ALMA 1
“¡Que me bese ardientemente con
su boca!” (Ct 1,2a)
1.
Quien contempla
tiene su alma encendida e incendiada y la ve tan llena de Amor. Pero éste su
amor no es suyo sino llama vibrante que la quema y la hiere, llama que le trajo
la flecha punzante que la ha atravesado toda entera.
2.
Quien contempla
tiene su alma inflamada y ya desnuda sin rastro de vergüenza ante el Señor. Y
Dios incita al alma a pedir el don de la unión.
3.
Si una caricia
la puso en fuga, si una mirada la desnudó y la dejó en tinieblas, si un toque
la atravesó hiriéndola y transformándola, ahora quiere el alma pasar del
noviazgo con todos sus raptos y pruebas a una unión más duradera.
4.
Desea el alma
que apure su Amado el tiempo de la noche, que descargue ya todos sus trabajos y
cauterios y flechas, que la vacíe ya, que la tome ya, que la haga morir ya para
gozar de la unión, de la participación serena y total en cuanto en esta vida es
posible de su Ser.
5.
¿Qué quiere el
alma enamorada? ¡Ay, que la rapte tanto que ya no pueda más que vivir
enteramente raptada para siempre! ¡Ay, que la introduzca tanto en su muerte y
su sepulcro que ya no viva más que resucitada!
6.
¡Que se apaguen
todas las fascinaciones de este mundo y ya no vuelvan a encenderse! ¡Que se
mueran los quereres y que no quede otro querer más que el del Amado hecho uno
con el querer del alma!
7.
¿Y si no se
esperara la dulcísima meta del beso de la unión cómo podría el alma soportar la
dolorosa purificación que en la noche del capullo realizará el Amado para que
pueda recibirlo?
8.
Exclama el
alma: ¡Sí, apura todos tus trabajos, cauterios y flechazos; apura las pruebas,
mortificaciones y contradicciones; apura todo el dolor de la noche hasta la
altura de la Cruz y luego bésame, oh Señor, con el beso bendito de tu boca!
PROVERBIOS CON LUZ DE AMOR Apreciar el tamaño de la Cruz
1.
Apreciar el
tamaño de la Cruz, amar y caminar hacia delante.
2.
El camino del
cristiano es un camino de cruz hacia la Cruz. No es amor un amor incapaz de
cruz.
3.
La cruz aparece
siempre en uno mismo, en los otros y en el mundo. La cruz reaparece en el
camino y es del todo inevitable.
4.
Asociada solo
con la prueba, la amargura, el dolor, la injusticia, el desamparo y el fracaso,
en fin, sólo con la muerte, la cruz pierde su verdadero valor y fuerza.
5.
La Cruz alcanza
su plenitud sumándole su ser posibilitante del crecer, de la felicidad
auténtica, del gozo, de la redención, del abrazo fraterno, de la victoria de la
resurrección, es decir, de la Vida.
6.
Ante el peso
contundente de cada cruz que nos toca cargar, peso que aplasta y como afilada
daga traspasa el alma entera: ¿quién nos puede hacer capaces de mirarla con
ojos de posibilidad, de recibirla agradecidos, de llevarla con alegría?
7.
Solo el Señor
Jesús, aquel que cargó con su Cruz todas las cruces de la humanidad y de la
historia, puede ayudarnos a vivir la cruz.
8.
Contemplando a
Cristo Crucificado se nos regala una mirada nueva. Su Espíritu nos muestra
dulcemente el tamaño de nuestra cruz, revelándonos también su posibilidad
salvífica; y nos introduce en el conocimiento interior de la magnitud de la
Cruz del Amado.
9.
Lo amargo de la
Cruz se nos torna sabroso inflamados por su Amor.
10.
Amar la Cruz,
amar a los crucificados que hay en ella es lo que hizo Jesús y lo que nos
enseña.
11.
Contemplar es
elevar nuestra cruz a la Cruz de Jesús, quien eleva toda cruz al Padre para que
Él derrame abundantemente el don de la Resurrección.
12.
El verdadero
contemplador, es decir, el verdadero amador del Amado, toma su cruz y lo sigue,
camina hacia delante, seguro, confiado, lanzado a los brazos del Padre.
13.
El contemplador
no solo llevará su cruz, sino tantas cruces de otros que no saben, no pueden o
no quieren cargarlas; las toma y las lleva por ellos.
14.
En la Cruz
amanece esplendoroso el Rostro del Esposo y el contemplador le busca en
desposorio, abrazándolo enloquecido y errante por el mundo.
15.
El misterio de
iniquidad que hace despuntar la Cruz sólo se redime con amor. Así lo vivió el
Señor Jesús y así quiero vivirlo yo. No hay otra forma de madurar en
contemplación.
PROVERBIOS CON LUZ DE AMOR En lo escondido
1.
Escóndeme en lo
escondido.
2.
El verdadero
contemplador ha gustado del Dios escondido.
3.
Tras la primera
noche del alma, se ha encontrado el contemplador con Aquel que tanto sobrepasa;
resultándole pues inasible, en huida, tan escondido y más allá de su
inteligencia y afectos.
4.
Vive quien
contempla, el momento negativo donde nada de lo que diga de Él alcanza y el
momento superlativo donde Dios es más y siempre más de lo que de Él se puede
afirmar. Dios es la nada y Dios es el
todo.
5.
Un Dios escondido
que el contemplador solo puede abrazar con el nuevo sentido interior que le ha
sido regalado en la quietud de amor.
6.
Avanzando,
hacia Quien se le dona primero pues lo avanza, lo contempla, es decir lo ama y
es amado en lo escondido.
7.
Mirando con
mirada cautivada este bendito Espejo –Encarnación, Eucaristía y Cruz-, atraído
todo él con fuerza irresistible a la comunión, el contemplador no puede menos
que suplicar con dulzura ser escondido en Él.
8.
Escondido tras
el Escondido querrás vivir para que desapareciendo tú brille el Amado.
9.
Quiere el
contemplador esconderse justamente allí donde el Dios escondido más se anonada:
tras Encarnación, Eucaristía y Cruz.
10.
El verdadero
contemplador suele pasar ante los ojos del mundo como un torpe, loco o ciego.
Es que por amor busca ser pobre para abrazarse enteramente al plenamente Pobre.
11.
Unido a esta
pobreza que enriquece, deja escondidos en la intimidad los favores y esfuérzate
por sacar a luz a Dios en las obras, desapareciendo tú lo más posible, obrando
también en lo escondido.
12.
Sólo en lo
escondido, donde el Padre únicamente ve, el amor fecunda y fructifica.
13.
La mayoría de
los hombres no se encuentran en profundidad con Dios porque lo buscan donde Él
no destella.
14.
La lógica de la
Encarnación, de la Eucaristía y de la Cruz va a contramano de la lógica del
endiosamiento, de la autoafirmación negadora de lo diferente y del poder que
nos empuja desde la raíz de pecado que vive en nosotros.
15.
El Dios que
vino entre nosotros asumiendo plenamente la humanidad y la historia eligió
pararse en el reverso de nuestro hacer humanidad y hacer historia y desde allí,
desde lo escondido, sumergido en lo más profundo de nuestras tinieblas hizo
brillar su luz que dispersa oscuridades.
16.
Esconderse en
lo escondido es pararse junto al Amado y ser testigo y cooperador de su amor
que salva.
17.
El camino del
santo es el camino de la locura, que no es otra que la locura de amor de Jesús,
el Señor.
PROVERBIOS CON LUZ DE AMOR Crecer hasta la altura del amor regalado
1.
Crecer hasta la
altura del amor regalado. Dura pero ineludible exigencia es ésta para un camino de verdadera
contemplación.
2.
A la gracia hay
que aceptarla, algo así como atar a ella la naturaleza para que la recree. Y a
las mercedes se las atesora devolviéndoselas al Amado por el canal de las
criaturas.
3.
El amor del
Señor no solo nos invita a devolverle amor a Él sino que nos exige amarlo en
todo lo que es obra suya, reconocerlo allí y allí abrazarlo.
4.
No progresa en
el amor a Dios quien no progresa en el amor a los hermanos humanos, a todos los
hermanos de la naturaleza, al hermano universo.
5.
Atar la gracia
es desatarla, devolver gratis lo que gratis se nos da.
6.
Dejarse recrear
es dejarse atravesar.
7.
La
transformación interior comienza por la recepción del don y sigue por su
devolución multiplicadora. Atesorar es desnudarse.
8.
Cuando recogido en la interior morada recibo amor
nuevo y quemante del Señor sé que no es un final sino un nuevo inicio del
trabajo de conversión, siempre continuo, nunca acabado.
9.
Entre lágrimas
y no pocos dolores lucho y pongo todas mis fuerzas en crecer con obras hasta la
altura del amor que el Señor me regala.
10.
¡Ojala algún
día por algún momento la altura de ese amor que anima y exige sea la altura de
la concordia amorosa con todos por amor al Amado!
11.
De poner en
obra tanto amor recibido habré crecido con la ayuda generosa de la gracia hasta
la altura del amor de Jesús en la Cruz.
12.
Solo entonces
exultaré y cantaré lleno de gozo al verme desposado en la Cruz, crucificado
junto a mi Amado, uno solo con Él.
PROVERBIOS CON LUZ DE AMOR En la interior morada
1.
En la interior
morada, Tú eres el fuego que abraza y abriga.
2.
En el centro
profundísimo de mi alma, lugar escondido y resguardado, el Señor me ama.
3.
En la interior
morada, el Amor de Dios es percibido por mí como un Amor siempre más crecido y
nuevo, más exigente y aguzado, más acariciante y suave.
4.
A la interior
morada me retiro cargando mis desvelos y contemplando el espejo donde
Encarnación, Eucaristía y Cruz brillan retorno transformado; despejando algo en
el rostro mío del Rostro del Amado.
5.
En la interior
morada con su fuego me abraza y toda soledad y todo mal se esfuman.
6.
En la interior
morada con su fuego me abriga y el frío de la noche de esta tierra da paso al
cálido clima de cielo que él me trae.
7.
¿Con qué
pagaré, Amado mío, tanto Amor tuyo pródigamente regalado?
8.
Ya sé que tu
Amor es gratuito pero quiero devolverte algo y para hacerlo te devuelvo mi
vida, esta vida que no es mía sino tuya y que ahora libre y alegremente no
retengo y reconduzco a Ti.
9.
¿O no es tema
de amadores darse uno a otro sin medida para ya no ser dos sino uno solo?
10.
Si Tú, el
Altísimo, me recibes a mí, el bajísimo: ¿cómo no he de aceptar tan increíble
acogida?
11.
En la interior
morada que juntos habitamos Tú eres y serás siempre el fuego que llameando,
ardiendo y quemando me da vida.
PROVERBIOS CON LUZ DE AMOR El Amor del Dios abandonado
1.
A tanto amor se
paga con desprecio y a tanto abandono se le deja abandonado.
2.
Lo veo en mí y
lo veo en las gentes. ¡Qué mal tan terrible es éste! Mal de males y desprecio
de todo bien es dejarle a Cristo solo en su amoroso sacrificio.
3.
El alma
encendida y esclarecida en amor quiere desterrar este mal que late en sus
dominios, esta inclinación perversa que la pierde. Por eso gime y solloza
viéndolo al Amado tan solo y al mundo tan indiferente.
4.
¡Gran desastre
es que el Amor no sea amado!
5.
¡Haz de mi
vida, Señor, un único grito suave y cálido que anuncie donde quieras que tu
amor debe ser amado y tu abandono recibido y devuelto a Ti en abandono!
6.
¡Que no quede
en mí, Señor, tanto Amor tuyo abandonado!
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